Una empresa conjunta implica que dos o más partes unen sus fuerzas para compartir riesgos, pérdidas y beneficios. Sin embargo, según la legislación tailandesa, las empresas conjuntas no están permitidas, ni siquiera las grandes empresas conjuntas con mercados extranjeros. No cabe legislación vinculante, sólo un entendimiento entre las partes, que puede darse en forma de contrato que las vincule. Es esencial que este contrato no esté vinculado ni registrado en un organismo gubernamental tailandés.
Por tanto, en Tailandia sólo hay dos tipos de empresas conjuntas posibles:
Una empresa conjunta constituida en sociedad requiere que las partes presenten una solicitud para obtener un número de identificación fiscal, de modo que puedan realizar declaraciones fiscales conjuntas.
Las empresas conjuntas no constituidas en sociedad requieren que las partes mantengan sus declaraciones fiscales por separado.
En Tailandia, la mayoría de las veces se crea una empresa conjunta entre extranjeros y tailandeses. Si los accionistas extranjeros son mayoritarios en una empresa conjunta, hay que cambiar su estatus y registrarla con arreglo a la Ley de Empresas Extranjeras de Tailandia. La Ley de Empresas Extranjeras regula las entidades de propiedad extranjera, y también pueden aplicarse los beneficios de la Junta de Inversiones. Esto supone una definición jurídica diferente, incluso para una pequeña empresa.
En términos generales, una empresa conjunta puede formarse teóricamente de una de las cuatro maneras siguientes:
- Un inversor extranjero compra acciones de una empresa
- Una empresa local compra acciones de una empresa extranjera
- Inversores locales y extranjeros forman una empresa conjunta desde cero
- Se comparte capital público o deuda bancaria
Sin embargo, no todas estas opciones son posibles en Tailandia. Las asociaciones de empresas conjuntas sólo se permiten por contrato, independientemente de que se trate de empresas conjuntas constituidas o no.
Las empresas conjuntas rara vez son permanentes y suelen disolverse cuando:
- Uno de los socios compra al otro.
- Las condiciones del mercado evolucionan de tal manera que la empresa conjunta deja de ser apropiada.
- Surgen problemas financieros o legales.
- Ha transcurrido el plazo inicial acordado para la empresa conjunta.
- Uno o ambos socios de la empresa conjunta dejan de estar de acuerdo con el plan original. Uno o ambos socios de la empresa conjunta ya no están de acuerdo con el plan original.
- Una o ambas partes desarrollan nuevos objetivos.
- Se han cumplido los objetivos originales del acuerdo de empresa conjunta.
- No se han cumplido los objetivos originales del acuerdo de empresa conjunta.
A veces, una empresa conjunta sólo implica un proyecto concreto o la incursión en nuevos mercados durante un tiempo limitado. En raras ocasiones, un acuerdo comercial para el trabajo de una empresa conjunta puede hacerse a largo plazo, normalmente cuando se forma una nueva entidad a partir de nuevos socios. Es poco probable que surja de la fusión de una entidad separada con otra.
Existe la opción de que las empresas participantes permanezcan separadas, pero a veces las partes implicadas pueden decidir fusionar dos empresas en un único negocio nuevo. Esto es importante de entender a efectos fiscales, porque la forma en que estas empresas paguen impuestos dependerá del tipo de empresa conjunta en la que se encuentren.
Una empresa conjunta siempre implicará una sociedad limitada y nunca una responsabilidad ilimitada. Esto constituye cierto riesgo para la empresa que participa en una empresa conjunta, ya sea en un mercado existente o en uno nuevo.
Intentar establecer una empresa conjunta de cualquier naturaleza es una decisión importante. Usted está depositando su confianza en otra parte de otro negocio y con sus propios derechos para compartir sus ganancias y riesgos. La otra empresa tendrá acceso a parte de su capital, algunos de sus registros, etc. En lugares como Tailandia, una entidad jurídica de este tipo sólo es posible mediante la contratación. Una empresa no puede fusionarse totalmente con otra para formar una nueva organización; por tanto, siempre habrá dos partes intrínsecamente separadas que deberán cooperar en régimen de responsabilidad limitada.
Una empresa conjunta puede ser un tipo de negocio o sociedad general extremadamente arriesgado. Su naturaleza tiende a ser volátil, los propietarios pueden cambiar inesperadamente y la estructura de empresa matriz de la mayoría de las empresas conjuntas puede causar graves problemas incluso en un país como Tailandia, donde una empresa conjunta depende sólo de un contrato y no es una entidad jurídica reconocida por sí misma. Es raro que una empresa conjunta tenga éxito si no está gestionada por un equipo jurídico. Una relación de empresa conjunta puede ser difícil.
Sin embargo, dicho esto, una empresa conjunta tiene varios beneficios que también hay que reconocer. Concede a las entidades empresariales acceso a canales de distribución establecidos en virtud de un acuerdo de distribución vigente y a mercados establecidos. Hay un mayor acceso a los conocimientos técnicos y una mayor capacidad general de la que podría tener una sola entidad empresarial. Hay más recursos disponibles en una empresa conjunta.
Hay dos casos de empresas conjuntas: que destacan como ejemplo famoso de este tipo de práctica empresarial y del éxito que puede derivarse de ella: la asociación entre Microsoft y General Electric y la asociación entre Boeing y Lockheed Martin. Hay muchos otros casos de empresas conjuntas que quizá quieras explorar para aprender más sobre esta práctica.
A pesar de estos éxitos, es esencial que las empresas conjuntas tengan una estrategia de salida, aunque sólo trabajen juntas en un proyecto concreto. Combinar recursos es arriesgado, sobre todo por las leyes de propiedad intelectual. Un acuerdo escrito y un equipo de gestión integrado con capital invertido y riesgo compartidos pueden ser beneficiosos, pero no son una garantía de éxito. Toda empresa conjunta debe tener una estrategia de salida.
La actividad empresarial debe supervisarse de cerca y notificarse con precisión. También debe existir un acuerdo de empresa conjunta. Hay varias cuestiones relacionadas con asuntos como la forma en que se gestiona o divide una sociedad de responsabilidad limitada de un solo propietario, y dónde recaen las reclamaciones de propiedad intelectual, cómo se dividen los ingresos empresariales, etc.
Los socios comanditarios de empresas públicas pueden comprar cuotas de mercado en empresas extranjeras, pero una verdadera empresa conjunta no puede existir en Tailandia.
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